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Guía para Pacientes y Familiares sobre la Polirradiculoneuropatía Desmielinizante Inflamatoria Crónica (CIDP)

La Polirradiculoneuropatía Desmielinizante Inflamatoria Crónica, o CIDP por sus siglas en inglés, es un trastorno autoinmune raro pero tratable que afecta al sistema nervioso periférico. Esta guía ha sido diseñada para traducir las complejas directrices clínicas basadas en la evidencia, como las publicadas en 2021 por la Academia Europea de Neurología (EAN) y la Sociedad del Nervio Periférico (PNS), en un recurso claro y comprensible para pacientes y sus familias. El objetivo es desmitificar esta condición, desde el diagnóstico hasta el manejo, permitiendo a los pacientes convertirse en socios activos en su propio cuidado.


El inicio gradual de la CIDP puede llevar a retrasos en el diagnóstico y, si no se trata a tiempo, a un daño nervioso significativo. Sin embargo, es fundamental entender que, con un tratamiento oportuno y adecuado, la mayoría de los pacientes responden bien, lo que permite limitar el daño, mejorar la función y recuperar la calidad de vida.



Entendiendo la CIDP: Qué Es y Por Qué Ocurre


Un Ataque al "Cableado" del Cuerpo

La CIDP es una condición autoinmune en la que el propio sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a los nervios periféricos, que son los nervios fuera del cerebro y la médula espinal. Es una condición de evolución crónica, lo que significa que sus síntomas se desarrollan y progresan durante un período de al menos ocho semanas. Este marco temporal es fundamental para distinguirla de condiciones agudas con síntomas similares, como el síndrome de Guillain-Barré (SGB).


El Papel de la Mielina: El Aislamiento del Sistema Nervioso

Para entender la CIDP, es útil pensar en los nervios como si fueran cables eléctricos. Cada fibra nerviosa (axón) está envuelta en una cubierta protectora llamada mielina, que actúa como el aislamiento de plástico de un cable. Esta vaina de mielina permite que las señales eléctricas del cerebro viajen rápida y eficientemente hacia los músculos y que la información sensorial regrese desde la piel y las articulaciones.


En la CIDP, el sistema inmunitario ataca y destruye esta vaina de mielina, un proceso llamado desmielinización. Cuando la mielina se daña, la transmisión de las señales nerviosas se interrumpe, se ralentiza o se bloquea por completo. Esta interrupción es la causa directa de los síntomas característicos de la enfermedad.


Los Síntomas Clásicos de la CIDP

Según las guías de la EAN/PNS, la "CIDP típica" se define por un conjunto específico de síntomas:

  • Debilidad Progresiva y Simétrica: Afecta a los músculos tanto proximales (cercanos al tronco, como hombros y caderas) como distales (manos y pies) de manera relativamente simétrica en ambos lados del cuerpo. Esto puede provocar dificultades para caminar, subir escaleras, levantarse de una silla o realizar tareas con las manos.

  • Disfunción Sensorial: Es común experimentar entumecimiento, hormigueo (parestesias) y, a veces, dolor en las extremidades.

  • Pérdida de Reflejos: La ausencia o disminución de los reflejos tendinosos profundos (como el reflejo rotuliano) es un signo clínico clave que el neurólogo buscará durante el examen.

  • Evolución en el Tiempo: Por definición, los síntomas deben progresar o tener recaídas durante un período de al menos 8 semanas.


La Pregunta sin Respuesta del "¿Por Qué?"

La causa exacta o el desencadenante de la CIDP sigue siendo en gran medida desconocido. Se entiende que la enfermedad involucra mecanismos inmunitarios tanto celulares (mediados por células T) como humorales (mediados por anticuerpos) que atacan componentes de la vaina de mielina. Comprender esto es clave para entender cómo funcionan los diferentes tratamientos.


El criterio de las 8 semanas no es arbitrario; es una línea divisoria crítica que separa las neuropatías inflamatorias crónicas como la CIDP de las agudas como el SGB. Este punto es especialmente importante porque hasta un 13% de los pacientes con CIDP presentan un inicio agudo (CIDP-A), que inicialmente puede ser indistinguible del SGB. Un paciente que presenta una debilidad de rápida progresión a menudo recibe un diagnóstico inicial de SGB. Sin embargo, el SGB es típicamente una enfermedad monofásica, lo que significa que los pacientes deberían comenzar a mejorar después de alcanzar un punto máximo de debilidad. La marca de las 8 semanas sirve como un punto de control crucial. Si un paciente diagnosticado con SGB continúa empeorando más allá de las 8 semanas, o sufre tres o más recaídas después de una mejora inicial, el diagnóstico debe ser reevaluado en favor de la CIDP-A. Esta distinción es vital: mientras que el SGB suele ser autolimitado, la CIDP requiere un tratamiento inmunomodulador a largo plazo para prevenir una discapacidad progresiva e irreversible.


El Viaje Diagnóstico: Ensamblando las Pistas


Por Qué No Existe una Única "Prueba de CIDP"

Es fundamental comprender que el diagnóstico de la CIDP es como resolver un rompecabezas. No existe un único biomarcador o análisis de sangre que pueda confirmar la enfermedad con certeza. El diagnóstico se basa en una cuidadosa combinación de hallazgos clínicos, pruebas electrodiagnósticas y evidencia de apoyo, al tiempo que se descartan otras condiciones que pueden imitar a la CIDP. Esta complejidad es la razón por la cual el diagnóstico erróneo puede ocurrir y por la que la evaluación por parte de un neurólogo, idealmente un especialista en enfermedades neuroinmunológicas, es crucial.


Las Herramientas del Neurólogo: Los Componentes Centrales del Diagnóstico

El proceso diagnóstico se basa en varios pilares, tal como lo describen las guías de la EAN/PNS:

  1. El Examen Clínico: El punto de partida es un examen neurológico completo para identificar el patrón característico de debilidad, pérdida sensorial y cambios en los reflejos descrito anteriormente. Las guías formalizan estos hallazgos en "criterios clínicos" que deben cumplirse.

  2. Estudios Electrodiagnósticos (NCS/EMG): Esta es la piedra angular del diagnóstico y es fuertemente recomendada por las guías. Los estudios de conducción nerviosa (NCS, por sus siglas en inglés) miden la velocidad y la fuerza de las señales eléctricas en los nervios. En la CIDP, el daño a la mielina (desmielinización) hace que estas señales se ralenticen o se bloqueen, lo cual puede medirse objetivamente. Las guías proporcionan criterios electrodiagnósticos muy específicos que deben cumplirse para respaldar un diagnóstico de CIDP.

  3. Criterios de Apoyo: Reforzando el Diagnóstico: Estas pruebas se utilizan cuando la evidencia clínica y electrodiagnóstica apunta hacia la CIDP pero no es concluyente (lo que las guías denominan "CIDP Posible").

    • Punción Lumbar: El análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) a menudo muestra lo que se conoce como "disociación albumino-citológica": niveles elevados de proteínas con un recuento normal de glóbulos blancos. Esto sugiere inflamación alrededor de las raíces nerviosas. Sin embargo, este hallazgo no siempre está presente y no es exclusivo de la CIDP.

    • Imágenes de los Nervios (Resonancia Magnética o Ecografía): Estas pruebas no invasivas pueden visualizar los nervios y las raíces nerviosas. En la CIDP, pueden mostrar un engrosamiento (hipertrofia) o inflamación de los nervios, lo cual es muy sugestivo del diagnóstico. Las guías recomiendan estas pruebas de imagen especialmente para pacientes que solo cumplen los criterios de "CIDP Posible" para ayudar a aumentar la confianza diagnóstica.

    • Respuesta al Tratamiento: Una mejora clara y objetiva después de recibir una terapia de primera línea (como la inmunoglobulina intravenosa) apoya firmemente el diagnóstico.

    • Biopsia de Nervio: Este es un procedimiento invasivo y no se recomienda para el diagnóstico de rutina. Se reserva para casos muy específicos y difíciles en los que es necesario descartar otros diagnósticos.


Un cambio significativo en las guías de la EAN/PNS de 2021 fue la simplificación de los niveles de certeza diagnóstica. Anteriormente, existían tres niveles (definitiva, probable, posible), pero ahora se han reducido a solo dos: "CIDP" y "CIDP Posible". Esta modificación no fue arbitraria. Se demostró que la precisión diagnóstica para la "CIDP probable" y la "CIDP definitiva" no era significativamente diferente, lo que significaba que la complejidad del tercer nivel no mejoraba la precisión en la práctica clínica real. Además, esta complejidad era una barrera para que las guías se utilizaran de forma rutinaria. Al simplificar el sistema, el objetivo era hacerlo más práctico y fácil de usar para los médicos, con la esperanza de aumentar su adopción y acelerar el diagnóstico. Para los pacientes, esto significa que una vez que se alcanza un umbral de evidencia, se puede hacer un diagnóstico de "CIDP" con confianza, permitiendo que el tratamiento comience sin demoras.


Una Distinción Crítica: CIDP, sus Variantes y sus Imitadores


El Espectro de la CIDP: No es una Enfermedad Única

Las guías de 2021 reemplazaron el término "CIDP atípica" por una clasificación clara de "variantes de la CIDP", reconociendo que la enfermedad puede presentarse de diferentes maneras. Algunas de las variantes clave incluyen:

  • CIDP Distal: La debilidad y la pérdida sensorial predominan en las manos y los pies.

  • CIDP Multifocal (Síndrome de Lewis-Sumner): Debilidad y pérdida sensorial asimétricas que afectan a nervios individuales en diferentes extremidades.

  • CIDP Motora: Principalmente debilidad con poca o ninguna pérdida sensorial.

  • CIDP Sensorial: Principalmente pérdida sensorial y ataxia (falta de coordinación) sin debilidad.

Esta clasificación es importante porque algunas variantes pueden responder de manera diferente a ciertos tratamientos. Por ejemplo, los estudios sugieren que la CIDP puramente motora puede no responder a los esteroides, lo que convierte a la inmunoglobulina intravenosa (IgIV) en una mejor primera opción.


CIDP vs. Nodopatías Autoinmunes: Una División Crucial para el Éxito del Tratamiento

Esta es quizás la distinción más importante en la práctica moderna. Las nodopatías autoinmunes ahora se consideran una entidad de enfermedad separada de la CIDP. La diferencia clave radica en la presencia de autoanticuerpos específicos que atacan proteínas en o cerca de los nodos de Ranvier (los espacios en la vaina de mielina que son esenciales para la conducción nerviosa). Estos incluyen anticuerpos contra la Neurofascina-155 (NF155), la Contactina-1 (CNTN1) y la Caspr1.


Esta distinción es absolutamente esencial para el tratamiento:

  • El mecanismo inmunitario es diferente. Muchas nodopatías son impulsadas por anticuerpos de la clase IgG4, que no activan las mismas vías inflamatorias que los anticuerpos en la CIDP típica.

  • Como resultado, los pacientes con estos anticuerpos a menudo son resistentes a la terapia estándar con IgIV.

  • Sin embargo, estos mismos pacientes suelen mostrar una excelente respuesta a terapias que eliminan las células B, como el rituximab, que no es un tratamiento de primera línea para la CIDP típica.


Un paciente que no responde a la terapia estándar no debe perder la esperanza. Podría significar que no se trata de una "CIDP resistente", sino de una enfermedad diferente que requiere una "llave" de tratamiento distinta.


Tabla 1: Diferencias entre la CIDP Típica y las Nodopatías Autoinmunes

Característica

CIDP Típica

Nodopatía Autoinmune (ej., anti-NF155)

Objetivo Primario

Principalmente la vaina de mielina

Proteínas en el nodo de Ranvier (ej., NF155, CNTN1)

Marcadores Clave

Diagnóstico por criterios clínicos y electrofisiológicos; sin un marcador de anticuerpos único

Presencia de anticuerpos paranodales específicos (anti-NF155, anti-CNTN1, etc.)

Pistas Clínicas Comunes

Debilidad simétrica, inicio gradual

A menudo inicio más agudo/severo, temblor o ataxia prominente, proteínas en LCR muy elevadas

Respuesta Típica a la IgIV

Generalmente eficaz en ~60-70% de los pacientes

A menudo respuesta pobre o nula

Respuesta Típica al Rituximab

No es una terapia de primera línea; se usa en algunos casos refractarios

A menudo altamente eficaz


Tratamientos Médicos: Los Pilares de la Terapia


Los objetivos del tratamiento son detener el ataque autoinmune, controlar los síntomas, mejorar la función y prevenir el daño irreversible de las fibras nerviosas (muerte axonal). Las guías EAN/PNS de 2021 recomiendan encarecidamente la IgIV o los corticosteroides como tratamiento inicial, con el recambio plasmático como una alternativa altamente eficaz, especialmente si los dos primeros no son efectivos o están contraindicados.


  1. Inmunoglobulina Intravenosa (IgIV)

    • Qué es: Una solución de anticuerpos humanos extraídos del plasma de miles de donantes sanos, que se administra por infusión en una vena.

    • Cómo funciona: El mecanismo exacto es complejo, pero se cree que actúa a través de múltiples vías: neutralizando los autoanticuerpos dañinos del paciente, bloqueando los receptores de las células inmunitarias que causan daño (receptores Fc) y reduciendo la inflamación general.

    • Administración: Generalmente se inicia con una "dosis de carga" administrada durante 2 a 5 días, seguida de infusiones de mantenimiento regulares cada pocas semanas.

  2. Corticosteroides (ej., Prednisona)

    • Qué son: Fármacos con potentes efectos antiinflamatorios e inmunosupresores.

    • Cómo funcionan: Ingresan en las células inmunitarias y alteran la expresión de genes para suprimir de manera general la producción de moléculas inflamatorias y reducir la actividad de las células inmunitarias como los linfocitos T y los macrófagos.

    • Administración: Pueden administrarse en forma de pastillas diarias (prednisona) o como pulsos de dosis altas mensuales (dexametasona o metilprednisolona intravenosa).

  3. Plasmaféresis

    • Qué es: Un procedimiento que extrae la sangre del paciente, la pasa por una máquina que separa el componente líquido (plasma) que contiene los autoanticuerpos dañinos, y lo reemplaza con un líquido sustituto antes de devolver las células sanguíneas al cuerpo.

    • Cómo funciona: Elimina físicamente las sustancias patógenas (autoanticuerpos, complejos inmunes, citoquinas inflamatorias) de la circulación, proporcionando una prueba rápida de que la enfermedad es mediada por anticuerpos.

    • Administración: Generalmente se realiza en una serie de 5 a 10 sesiones a lo largo de varias semanas.


Tabla 2: Resumen de los Tratamientos de Primera Línea para la CIDP

Tratamiento

Cómo Funciona (Simplificado)

Cómo se Administra

Consideraciones Clave / Efectos Secundarios Comunes

IgIV

Modula el sistema inmunitario y neutraliza los anticuerpos dañinos

Infusión intravenosa durante varias horas/días, repetida cada 3-6 semanas

Dolor de cabeza, fatiga, síntomas gripales, riesgo de sobrecarga de líquidos o coágulos. Conveniente pero requiere infusiones regulares

Corticosteroides

Suprime de forma general el sistema inmunitario y la inflamación

Pastillas orales (diarias) o pulsos de dosis altas (mensuales)

Aumento de peso, cambios de humor, insomnio, aumento del azúcar en sangre, pérdida de densidad ósea con el uso a largo plazo.

Recambio Plasmático

Elimina físicamente los anticuerpos y proteínas inflamatorias de la sangre

Serie de procedimientos a través de una vía intravenosa grande o un catéter

Hipotensión, fatiga, problemas con el acceso venoso, riesgo de infección.

Terapia de Mantenimiento y Futuro

El objetivo a largo plazo es lograr una remisión estable y, finalmente, reducir o suspender la terapia. La inmunoglobulina subcutánea (IgSC) es una opción de mantenimiento eficaz que puede autoadministrarse en casa, ofreciendo mayor comodidad y niveles de fármaco más estables en comparación con la IgIV. Otros inmunosupresores pueden añadirse si las dosis de mantenimiento de las terapias de primera línea siguen siendo altas.


Vivir Bien con la CIDP: Un Enfoque Holístico


El Papel Crítico de la Rehabilitación

La rehabilitación no es una ocurrencia tardía, sino un componente central del tratamiento, esencial para traducir las mejoras médicas en ganancias funcionales. Los tratamientos médicos y las terapias de rehabilitación tienen un efecto sinérgico. El tratamiento médico, como la IgIV, detiene el daño nervioso, creando una oportunidad biológica para la recuperación. Sin embargo, no restaura automáticamente la masa muscular, el equilibrio o las habilidades funcionales perdidas. La rehabilitación es lo que aprovecha esa oportunidad. Proporciona el estímulo estructurado (ejercicio, práctica de tareas) necesario para que el sistema nervioso reaprenda, los músculos se fortalezcan y el paciente recupere la función. Por lo tanto, los pacientes deben abogar por derivaciones a fisioterapia y terapia ocupacional tan pronto como su condición se estabilice.

  • Fisioterapia (FT) o Kinesioterapia: Se centra en mejorar la fuerza, la resistencia, el equilibrio y la movilidad. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios seguro y eficaz para prevenir la pérdida muscular, reducir el riesgo de caídas y manejar la fatiga.

  • Terapia Ocupacional (TO): Se enfoca en mejorar la capacidad para realizar actividades de la vida diaria (AVD). Un terapeuta ocupacional puede proporcionar estrategias para la conservación de energía, recomendar herramientas y equipos de adaptación (para vestirse, cocinar) y sugerir modificaciones en el hogar para mantener la independencia y la seguridad.


Estrategias Prácticas para la Vida Diaria

  • Manejo de la Fatiga: La Teoría de las Cucharas: Esta metáfora ayuda a conceptualizar y gestionar la energía limitada. Cada tarea diaria "cuesta" un cierto número de "cucharas". Una vez que se acaban, se ha agotado la energía del día. Esto ayuda a planificar y priorizar actividades.

  • Rutina y Planificación: Desarrollar rutinas para la medicación, la preparación de comidas y los recados puede reducir el estrés y conservar energía.

  • Estilo de Vida Saludable: Aunque no hay una dieta especial para la CIDP, una dieta equilibrada ayuda a controlar el peso (reduciendo la tensión en los músculos débiles) y apoya la salud general. El ejercicio regular de bajo impacto, aprobado por un médico/fisioterapeuta, también es beneficioso.

  • Adaptaciones en el Hogar y el Trabajo: Consejos prácticos como el uso de dispositivos de "hogar inteligente", recipientes de fácil apertura, duchas a ras de suelo y la discusión de adaptaciones con el empleador pueden marcar una gran diferencia.


Construyendo su Red de Apoyo: Para Pacientes y Familias


El Viaje Emocional y Psicológico

Es normal experimentar una gama de emociones, como duelo, ansiedad, frustración y depresión, al ser diagnosticado con una enfermedad crónica. La "invisibilidad" de algunos síntomas (como la fatiga y el dolor) puede ser particularmente aislante. Es importante buscar ayuda de profesionales de la salud mental que puedan proporcionar estrategias de afrontamiento.


El Papel Vital del Cuidador

Se debe reconocer la inmensa carga física y emocional que recae sobre los familiares y parejas. Los cuidadores pueden experimentar su propio estrés, ansiedad y duelo. Es fundamental que los cuidadores practiquen el autocuidado, establezcan límites y busquen su propio apoyo para evitar el agotamiento.


Encontrando su Comunidad: No Está Solo

Conectar con otras personas que entienden la experiencia de vivir con la CIDP es invaluable. Organizaciones de apoyo y defensa del paciente como la Fundación GBS/CIDP Internacional son recursos excelentes para obtener información, participar en foros comunitarios, recibir apoyo de pares y asistencia práctica.


Comunicándose con su Círculo Social

Es útil tener estrategias para explicar la CIDP a amigos, familiares y empleadores de una manera clara. Aprender a establecer límites, aceptar las limitaciones y pedir y aceptar ayuda son habilidades cruciales para manejar la vida con una condición crónica.


Conclusión: Su Papel Activo e Informado en su Salud

Este guía busca proporcionar el conocimiento necesario para que los pacientes y sus familias se conviertan en socios activos en el manejo de la CIDP. Los puntos clave a recordar son:

  1. La CIDP es una condición tratable, y las guías clínicas modernas proporcionan un camino claro para el diagnóstico y el tratamiento.

  2. Un diagnóstico preciso por parte de un especialista es primordial, especialmente para distinguir la CIDP típica de sus variantes y de imitadores como las nodopatías autoinmunes, ya que esto tiene implicaciones directas en el tratamiento.

  3. El tratamiento es una decisión compartida entre usted y su médico, equilibrando los pros y los contras de terapias eficaces.

  4. Un enfoque holístico que integra el tratamiento médico con la rehabilitación y el apoyo psicosocial produce los mejores resultados.


Al comprender su condición, puede convertirse en su mejor defensor, hacer preguntas informadas y participar activamente en la creación de un plan de manejo que se ajuste a su vida y sus objetivos. La investigación continúa, y la comprensión de la CIDP y sus tratamientos sigue evolucionando, ofreciendo esperanza para el futuro.

 

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